domingo, 18 de noviembre de 2007

Los Aludes

Un alud o avalancha es un deslizamiento de nieve, hielo (compuestos indisociables) y en ocasiones roca, que se desplaza con carácter gravitacional con flujo laminar o turbulento al romperse el equilibrio entre las fuerzas de empuje y de resistencia. La velocidad de desplazamiento suele oscilar entre 50 y 300 km./hora y llegan a producir impactos de hasta 145 ton/m2 (magnitud unas 50 veces superior a la calculada para demoler la estructura de una edificación normal). Pueden producirse por causas internas, cuando es alterado el equilibrio tensional en la masa helada por que las fuerzas motrices o de empuje sobrepasan a las de resistencia, de manera similar a los restantes procesos gravitacionales. También pueden ser consecuencia de causas externas o accidentales, como vibraciones generadas por la caída de rocas, bloques de nieve o hielo, cornisas, seracs o incluso de un árbol, sacudidas por movimientos sísmicos o por efecto de la actividad humana.





Magnitudes

Existen dos tipos de aludes:
Alud superficial, donde sólo se moviliza una parte del manto nival.
Alud de fondo, donde se moviliza de manera súbita y violenta todo el manto nival, erosionando el sustrato de la ladera, transportando y depositando estos materiales en el punto donde el ángulo de la misma con respecto a la horizontal, lo permite.

Equipo para verificar el riesgo de alud.
Para clasificar el riesgo hay una Escala Europea de Peligro de Aludes, usada en casi todo el mundo:
1 Débil
2 Limitado
3 Notable
4 Fuerte
5 Muy fuerte -> Día catástrofe



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