domingo, 18 de noviembre de 2007

Explotación y superexplotación de los recursos ecosistemas





LA SOBREXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES:

Los seres humanos hemos utilizado pródigamente los recursos naturales, pero hay que cambiar a los recursos renovables:
A)Disminución de superficies utilizables:
La población humana se ha visto forzada, en este último siglo a modificar los espacios naturales, como por ejemplo los suelos:
Los suelos han sido explotados por el hombre durante milenios, y constituyen un potencial de fertilidad que se puede mantener e incluso mejorar gracias a técnicas de aprovechamiento adaptadas a la naturaleza de cada suelo. Los paisajes agrícolas y los equilibrios agrosilvopastoriles suelen reflejar la elección ancestral que el hombre ha realizado en materia de destino y utilización de las tierras, guiándose por criterios físicos y por situación topográfica en el paisaje.
Actualmente mediante una mejor apreciación de la utilización y del valor de los suelos, la edafología establece planes de aprovechamiento racional apoyados en la distinción fundamental entre sectores de agricultura intensiva, de bosques de producción y de perímetros de protección(forestal o no).


Este tipo de política de aprovechamiento de espacio rural asegura la optimización de los sistemas de cultivos y la protección de los recursos de la tierra.
B) Agotamiento de minerales:
Combustibles fósiles y minerales, están tratados como si fueran recursos inagotables. Los expertos admiten que si se sigue con esos gastos, poco a poco se irán agotando estos recursos. Pero no todos los minerales están igualmente amenazados, como el hierro y el magnesio, son relativamente abundantes; otros como el cobre, el plomo y el cinc, son menos abundantes aunque no tienen peligro de agotamiento, sin embargo la plata, el estaño y el platino, son muy escasos.

CRUELDAD CON LOS DELFINES


LA MATANZA EN JAPÓN

Cada 1 de octubre Japón inaugura su temporada anual de cacería de delfines. Para esa época los pescadores de las Islas Iki, Futo y otras, salen al mar en sus embarcaciones, rodean a los grupos de delfines con redes y los conducen hacia una bahía cerrada. Una vez encerrados entre la playa y las redes los obligan a varar y comienza la matanza de la que no se salvan ni las crías ni las hembras preñadas.
Grupos de hombres con el agua ensangrentada a la cintura se dedican a matar uno a uno a los ejemplares atrapados. Se utilizan todo tipo de herramientas: hachas, lanzas, garfios y cuchillos que se hunden una y otra vez en el cuerpo de los cetáceos que se mueven desesperadamente tratando de huir, salpicando en derredor con su propia sangre. Cada vez que se hunde un cuchillo la multitud lo festeja con gritos de frenesí y brazos en alto. Los pescadores japoneses intentan justificar la salvaje matanza diciendo que los delfines compiten con ellos en la pesca que cada día es más escasa.
Apenas media docena de delfines serán "indultados" por los pescadores y vendidos a los acuarios donde permanecerán encerrados por el resto de sus días. Los delfines muertos irán a parar al matadero local donde cada habitante del pueblo reclamará un trozo de carne para su consumo, aunque la mayoría de las veces lo tiran sin probarlo, el resto se convertirá en fertilizante.
Según la Red de Trabajo y Acción por los Delfines y las Ballenas entre 1963 y 1999 se mataron en Japón 668.393 delfines en matanzas por pescadores. Un organismo gubernamental, tal vez preocupado por la imagen exterior ordenó en 1999 "que se mantenga la matanza de delfines fuera de la vista del público". A partir de ese momento, las matanzas se realizan en el mar abierto o en las playas du
rante la noche. En una ocasión un científico americano liberó a un grupos de delfines atrapados en la Isla de Iki, por ese acto fue condenado a prisión.
Tal vez algún día Japón entienda que los daños que le causan al mar son daños que se causan ellos mismos ya que no podrán permanecer ajenos: Japón es una isla, apenas un pequeño territorio rodeado de mar. Ese mismo mar al que están intentando destruir.

CONSUMO DE DELFINES

En Perú y otros países se capturan delfines para consumo humano. Los dientes y huesos se utilizan en la fabricación de collares y otras artesanías. En 1990, el gobierno peruano decretó la prohibición de su captura, procesamiento y comercio. Pero el efecto no fue el esperado: en 1993 se estimó que anualmente se capturaban entre 15,000 y 20,000.
En la actualidad, la captura y comercio de delfines, marsopas y otros cetáceos menores están prohibidas por ley, y las penas incluyen hasta tres años de prisión para los infractores. Sin embargo, se ha descubierto que en lo que va del año el comercio de carne de delfín continúa, a veces encubierto, otras a la vista de todos.
"Si has visto un delfín surfeando las olas, y luego ves los ojos de un delfín muerto, con su cuerpo cortado en pedazos, sentirás la necesidad de hacer algo al respecto", señala Nina Pardo, presidenta de la Asociación Mundo Azul.Junto a Sergio Bambarén, autor del best-seller "El Delfín" y vicepresidente de la asociación, realiza campañas contra la matanza y el cautiverio de estos animales.

LA PESCA

Los delfines parecen tener una extraña afinidad con los seres humanos. Es frecuente verlos acercarse a las embarcaciones realizando vistosas piruetas en la proa de las mismas. Muchas veces este acercamiento resulta muy costoso para estos amistosos cetáceos ya que suelen ser víctimas de las redes de los barcos pesqueros.
Según los estudios realizados por la bióloga marina Karen Pryor de Hawai estos acercamientos han cambiado en los últimos años. En un principio parece ser que los delfines pueden distinguir entre los barcos de pesca y los de investigación científica incluso cuando estos últimos sean pesqueros reformados ante los que se comportan con total libertad. Pero tan pronto se acerca a la zona un buque de pesca toman todas las precauciones, es decir: evitan los saltos fuera del agua y el vapor de sus respiraciones sobresale menos sobre la superficie del agua. Esto no significa que no se acerquen a los barcos de pesca. Lo hacen pero siempre por la banda de estribor (derecha) y evitan como peste situarse a babor (izquierda). Parece ser que se dieron cuenta de que las redes son recogidas por las poleas que están a babor del buque, mientras que del otro lado no se exponen a ningún riesgo.

El 60% de las capturas de atún pescados en el Pacífico oriental son de cardumen asociado con delfines. Esta asociación no se sabe muy bien a qué se debe, pero se supone que es consecuencia de utilizar los mismos bancos de peces para su alimentación. La realidad es que se pueden encontrar hasta 1500 delfines en un mismo banco mezclados con el atún.
Una particularidad reciente en la pesca de este atún claro llamado "Yelow-fin" (aleta amarilla) es la de incluir al equipo de pesca de unas lanchas rápidas turbo jet que se encargan de dirigir a los delfines y atunes, como un perro pastor dirige al rebaño, al centro de la red, así como hacer salir a los delfines atrapados. De aquí las marcas que se comercializan con el sello Dolfinsafe o Safe Dolphin.
En abril del 2001, un grupo de países europeos, apoyado por el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, propuso la adopción de medidas urgentes para evitar la muerte accidental de delfines y marsopas en la región de los mares del Norte y Báltico.
Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Holanda, Alemania, Polonia, Suecia y Gran Bretaña consideran necesario fijar límites al número de esos cetáceos atrapados por redes utilizadas para pescar atún, merluza, arenque y otros peces.
Se calcula, que en el Mar Celta, 2.000 marsopas mueren al año en esas condiciones. Mark Tasker, presidente del Grupo, afirma que existen tecnologías para salvar a esos mamíferos marinos. Mediante la colocación de un artefacto que emite sonidos en las redes, se les puede advertir del peligro.
Pruebas emprendidas en aguas británicas y daneses indican que con ese método se puede reducir hasta en un 90 por ciento el número de delfines atrapados.
Otro peligro, según Mark Simmonds, de la Sociedad de Conservación de Ballenas y delfines, es la creciente contaminación, el impacto de sondas militares de ultrasonido y un mayor uso de embarcaciones de alta velocidad.
Cada año aparecen en las costas de muchos países delfines varados con colas y aletas amputadas, señales inequívocas de que han sido capturados con redes atuneras y los pescadores los han seccionado para poderlos soltar o para liberar las redes.
El principal problema es que los pescadores ven en los delfines una verdadera plaga y mientras no prevalezca el respeto por los mismos, muchos ejemplares seguirán muriendo de esta forma.

Esclavitud


El fenómeno de la esclavitud se remonta a las civilizaciones antiguas donde históricamente se ha demostrado que su razón de ser radica en el fortalecimiento y sostenimiento de la actividad económica y de igual forma se evidencia que quienes resultan esclavizados son vistos, para el pueblo que esclaviza, como seres “bárbaros o salvajes” particularmente por la fuerte diferencia en practicas rituales y creencias religiosas.
Claro es el ejemplo de la colonización de América o las prácticas del antiguo Imperio Romano además de los planteamientos políticos de la Grecia Antigua donde el mismo Aristóteles sostiene que la esclavitud es un fenómeno natural. Mintz y Elkins consideran que existe una relación recíproca entre capitalismo y esclavitud, ellos evidencian que conforme varía dinamismo del capitalismo, el carácter represivo de la actividad laboral también varía. Otros investigadores como Lester Thurow sostienen que mientras la democracia es incompatible con la esclavitud, el capitalismo no lo es, por lo que la esclavitud suele reaparecer en la misma proporción que avanza las formas autoritarias de gobierno.
En general la esclavitud es entonces el proceso mediante el cual un ser se impone sobre otro que considera inferior para realizar labores que le representen beneficios en materia económica mientras el esclavo sufre la reducción de su persona, la privación de su libertad y carece de disposición autónoma de si mismo.
El Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición se celebra el 23 de agosto.
El Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud se celebra el 2 de diciembre.
También se entiende por esclavitud la condición de personas sujetas a los designios de otras sin opción a réplica, discrepancia, decisión o protesta.


Las cifras de la Trata


El número de personas esclavizadas procedentes de África varía, según distintas estimaciones entre los 10 y los 28 millones de personas, aunque hay quienes hablan de 60 millones Entre 1450 y 1850, al menos 13 millones fueron a parar a las colonias de América, especialmente Norteamérica y el Caribe. Además el investigador Enrique Peregalli, calcula que habría que añadir un 25% de muertos durante las capturas y otro 25% durante el viaje por el Atlántico. También se calcula que unos 17 millones fueron vendidos en el Índico, Oriente Medio y el norte de África.
Las principales potencias esclavistas que estuvieron implicadas en el comercio del secuestro y transporte de personas esclavizadas procedentes de África en la Trata Atlántica, serían según estimaciones:
Portugal/Brasil 4.650.000
Gran Bretaña 2.600.000
España 1.600.000
Francia 1.250.000
Países Bajos 500.000
Estados Unidos/Norteamérica Británica 300.000
Dinamarca 50.000
Otros 50.000
Total: 11.000.000
A partir del siglo XVIII empiezan a ser importantes los movimientos abolicionistas de la esclavitud. Dos razones fundamentales existen para ello: el surgimiento de un nuevo orden filosófico y político a partir de las ideas de la Ilustración, que tienen su punto culminante en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 en la Revolución Francesa, y el surgimiento de un nuevo orden económico a partir de la Revolución Industrial que se iniciara en Inglaterra, que hizo que el sistema esclavista fuera menos conveniente que el sistema de trabajo remunerado.
La Convención sobre la Esclavitud, promovida por la Sociedad de Naciones y firmada el 25 de septiembre de 1926termina con la esclavitud y crea un mecanismo internacional para perseguir a quienes la practican. Las Naciones Unidas, como heredera de la Sociedad de Naciones, asume los compromisos de la Convención.
En las nuevas naciones independientes de la América hispana la abolición, muchas veces precedida de la libertad de vientres, se produce durante el proceso independentista, en algunos casos y en otros durante los primeros años de la independencia. En México, fue Miguel Hidalgo, el 6 de diciembre de 1810, quien abolió la esclavitud, por vez primera en América. En América del Sur,Las Provincias unidas del Rio de la Plata abolieron la esclavitud en 1813 y Perú en 1853 (03 de diciembre) antes que lo hiciera Estados Unidos. Entre los últimos países en abolir la esclavitud se encuentran Cuba, bajo dominio español, en 1886, y Brasil en 1888. Las revoluciones cubana contra el dominio español de finales del siglo XIX se sustentaron en gran medida en el lento proceso de abolición de la esclavitud realizado por las autoridades españolas.

Especies en Extinción y las especies en peligro




En el mundo se pierde cientos de miles de especies, muchas de ellas aún antes de ser descubiertas por la ciencia. De ese modo, no sólo se pierde la variabilidad biológica, sino además la diversidad genética, fuentes de sustentos para las generaciones futuras. Una especie en peligro de extinción es una especie que puede extinguirse en un futuro próximo. A través de la historia de la evolución, millones de especies han desaparecido debido a procesos naturales. En los últimos 300 años, sin embargo, los humanos han multiplicado la tasa de extinción por mil.
Cuáles son las principales causa de este peligro? 1. La persecución y matanza por el valor de sus pieles. 2. La caza intensiva y la pesca intensiva para comercializar sus carnes. 3. La contaminación de las especies extrañas a su hábitat, o sea "especies invasoras". 4. Los grandes emprendimientos como represas, hidrovías, etc., que el hombre construye. 5. Pérdida de petróleo, que contaminan los mares. 6. Accidentes naturales como la "muerte gris", erupción de los volcanes que lanza a la atmósfera nubes de cenizas y gases con alto contenido de azufre. 7. La acción de otros contaminantes (yacimientos de uranio, polonio, radio y de otros elementos radioactivos)

Tráfico de especies El tráfico de la flora y la fauna se ha convertido en uno de los emprendimientos económicos más redituables y figura en el mundo en tercer lugar luego del de armas y de las drogas. El de la fauna mueve alrededor de 10.000 millones de dólares anuales y la flora, está superando los 7.000 millones. A estas cifras habría que sumarle el tráfico clandestino... Cada año se consumen en el mundo entre 600 y 900 toneladas de marfil, que se obtienen de unos 150.000 colmillos de elefantes adultos. En 1990, el comercio de marfil se prohibió internacionalmente. Según el CITES, el tratado mundial que regula el comercio de especies protege a las que están en peligro de extinción, la población de elefantes africanos se redujo de 1,3 millones de ejemplares a poco más de 600.000, durante la década del ochenta. Otra década similar bastaría para provocar la extinción de la especie. Pero no es este el único caso. Según los datos de las organizaciones TRAFFIC y WWF, cada año se comercia ilegalmente con primates, ave, pieles de reptil y de mamíferos, orquídeas, cactus y peces exóticos. Su destino son EEUU, Europa, Japón y parte del sudeste asiático. Y los usos que se les dan son tan variados como la peletería de lujo (una piel de pantera siberiana alcanza los 100.000 dólares en el mercado negro), ornamentos, productos pretendidamente afrodisíacos y, en algunos casos, animales de compañia o plantas para jardines. A causa de este comercio ilegal, unas 700 especies se encuentran al borde de la extinción. Pero, además, otras 2.300 especies animales y 24.000 vegetales están amenazadas.


El Gran Mercado Negro de Especies Actualmente, el tráfico ilegal de especies supera los 4.000 millones de dólares al año, y sólo el contrabando de armas y el narcotráfico generan cantidades superiores. Según datos de TRAFFIC y WWF, a consecuencia directa del comercio ilegal, unas 700 especies se encuentran en peligro inmediato de extinción. Primates: Más de cincuenta millones de primates son capturados anualmente y utilizados en laboratorios de investigación (los menos) o como animales de compañía. Elefantes: Unos 150.000 colmillos de elefantes (entre 600 y 900 toneladas de marfil) son esquilmados para fabricar productos artesanales o decorativos. Reptiles: Diez millones de pieles de reptil se destinan a la confección de bolsos, zapatos u otros productos de lujo. Parte de los reptiles van a parar a terrarios como exóticos animales de compañía. Aves: Cinco millones de aves son capturadas con destino a los salones de casas de países desarrollados, restaurantes de lujo y coleccionistas privados. Felinos: Unos quince de millones de pieles de mamíferos(nutrías, felinos, etc.) engrosan cada año lujosas peleterías en EEUU, Europa y Japón. Ranas: Cerca de 250 millones de ranas (sobre todo, ranas toro) son capturadas en sus hábitat naturales con destinos a restaurantes. Peces: Entre 350 y 600 millones de peces ornamentados son capturados para abastecer acuarios y peceras en todo el mundo. Cactus: Ocho millones de cactus son recogidos clandestinamente. Su destino son las casas de los países occidentales. Orquídeas: Casi nueve millones de orquídeas y flores de los bosques tropicales son recolectadas con destino a países occidentales. Coral: Más de dos toneladas de coral se convierten anualmente en ornamentos y objetos decorativos.

Las diez especies más amenazadas Algunas de las especies podrían desaparecer en las primeras décadas del siglo XXI. Su uso comercial está totalmente prohibido.
Tigre de Siberia: casado por su piel. Quedan unos 200 ejemplares. Nutria Gigante: capturado por su piel. Ha desaparecido en Uruguay y quedan pocos centenares en Argentina. Cocodrilo del Nilo: perseguido por su piel. Águila Imperial Ibérica: quedan unas 150 parejas en libertad. Tortuga Marina: perseguida por coleccionistas y ofrecida como curiosidad en restaurantes de lujos. Gorila de Montaña: destinado a zoológicos, coleccionistas e institutos de antropología. Quedan unos 600 ejemplares en las montañas húmedas del continente africano. Guacamayo Escarlata: importados por grandes cantidades por los EEUU. Rinoceronte Negro Africano: quedan unos 2.000 ejemplares. En los años setenta, su población alcanzaba los 65.000. Panda Gigante: utilizados en zoológicos y apetecidos por su piel. Quedan unos mil ejemplares en todo el mundo. Lobo Marsupial: podría haber desaparecido ya. El último ejemplar fue avistado en la década de los ochenta.

Marea Roja



Por siglos nadie pudo explicarla satisfactoriamente. Los antiguos griegos la atribuían a la furia de Neptuno. En la Edad Media se hablaba de una “purgación” de los lechos marinos. Algunos naturalistas estimaban que era el resultado de influencias lunares. Otros hablaban de silenciosas erupciones volcánicas, y no faltó el químico despistado que tratara de resolver el enigma con base en confusas explicaciones sobre sustancias químicas venenosas producidas bajo el efecto del fuego central en las entrañas del planeta.


La marea roja es un raro fenómeno que da un tinte sanguinolento a las aguas (por el que también se le conoce como hemotalasia, del griego hemos, hematos, sangre; y thalasos, mar), en las que comienzan a flotar incontables peces muertos, que luego las olas arrojan a la playa. Del mar emanan vapores invisibles que causan escozor en los ojos y la nariz. Al inhalarlos, arde la garganta, la respiración se vuelve difícil, se sufren accesos de tos y, en ocasiones, la piel comienza a irritarse.


En México se le conoce como “agua amarga” o “agují”. Ese mismo nombre se utiliza en Cuba, además de “tingui”. En Perú es el “aguaje”; “huirihue” o “virigüe” en Chile; “el turbio”, en Venezuela; “purga do mar”, en España (Galicia); “eau rouges”, en Francia; “l’acqua rossa”, en Italia; “red tides” o “red waters”, en Inglaterra; “akashisho”, en Japón…
Es el resultado de la multiplicación desorbitada de minúsculos habitantes de las aguas. Se trata, principalmente, de microalgas y otros microorganismos del fitoplancton, entre los que podemos mencionar a los dinoflagelados. En 1957 se descubrió que uno de los causantes era el Gymnodium brevis, que mide apenas de dos a tres milésimas de milímetro, pero que es capaz de reproducirse en cantidades prodigiosas, a tal grado que puede llegar a hacer espesa el agua, como si fuera sangre.


Es un dinoflagelado que posee finísimos apéndices, los cuales le sirven como órganos de locomoción. No es un animal, ya que contiene elementos clorofílicos como los de las plantas. Tampoco es un vegetal, puesto que tiene una movilidad típica de los miembros del reino animal. Es más bien un organismo de transición entre lo vegetal y lo animal, aunque algunos científicos prefieren considerarlo como un alga microscópica.


Uno de sus pigmentos clorofílicos, la xantofila, ocasiona la peculiar coloración de las aguas. La xantofila es la que en otoño da a las hojas de los árboles, de las altas latitudes, sus característicos colores anaranjados, amarillos y rojizos. En el caso de los dinoflagelados, cuando su concentración en el agua es muy elevada, le imparten un tono pardo, amarillento, rojizo y aún rojo intenso.
Normalmente el número de estos diminutos organismos en un litro de agua marina es muy pequeño, del orden de unas docenas, o si acaso centenares de ejemplares por litro. Hasta mil se considera una concentración baja, que no implica ningún riesgo para los demás organismos. Pero cuando alcanza cifras del orden de 100 mil o más, la situación se torna peligrosa. Al llegar a un cuarto de millón por litro, el agua adquiere el color típico de los mares de sangre y comienza la mortandad de peces y otros animales. Mueren de asfixia porque los dinoflagelados, con su intensa actividad biológica, consumen grandes cantidades de oxígeno y empobrecen las aguas. Mueren también envenenados, ya que los dinoflagelados producen ciertas toxinas que afectan al sistema nervioso y desquician la actividad de músculos y membranas.


A ese aumento exagerado en la población de estos microorganismos se le conoce como florecimiento, floraciones algales o “bloom”. Ocurre principalmente en la superficie del agua, y su espesor va de pocos centímetros hasta unos 100 metros. Por lo común, el fenómeno abarca extensiones reducidas, de unas cuantas hectáreas, o a lo sumo, de unos kilómetros cuadrados.
Existen otros microorganismos, como las algas unicelulares o coloniales, las diatomeas, protozoos ciliados e incluso algunas larvas de invertebrados que imparten otras tonalidades al agua. Los colores pueden ser amarillo, anaranjado, azul, café, marrón, pardo, rosa y verde. Esas tonalidades se deben a los distintos pigmentos que poseen esos organismos.

En el caso de aguas dulces son las algas azules o cianofíceas, las verdes o clorofíceas y las flageladas, como las euglenas y también las diatomeas las que producen diferentes coloraciones. Para que estos microorganismos se puedan desarrollar es necesario que no exista mucha corriente. Son entonces los lagos, lagunas y charcas permanentes los hogares de estos microorganismos.

En Argentina la diatomea Asterionella japonica produce una coloración marrón, llamada “yodo”, que es utilizada como bronceador. No todas las floraciones son peligrosas para el ser humano, pero algunas pueden llegar a ser letales.

La marea roja aparece con frecuencia en varias partes del mundo y la mortandad ha llamado la atención en la costa del sureste de la India, suroeste de África, sur de California, Florida, Perú, sureste de Asia, Indonesia, Polinesia y Japón.

TORMENTAS ELECTRICAS


Una tormenta o tempestad es un fenómeno atmosférico caracterizado por la coexistencia próxima de dos o más masas de aire de diferentes temperaturas.
El contraste térmico y otras propiedades de las masas de aire (humedad) dan origen al desarrollo de fuertes movimientos ascendentes y descendentes (convección) produciendo una serie de efectos característicos, como fuertes lluvias y viento en la superficie e intenso aparato eléctrico. Esta actividad eléctrica se pone de manifiesto cuando se alcanza la tensión de ruptura del aire, momento en el que se establece el rayo eléctrico que da origen a los fenómenos característicos de relámpago y trueno. La aparición de relámpagos depende de factores tales como el grado de ionización atmosférico, además del tipo y la concentración de la precipitación.

Tormenta eléctrica producida en Hospitalet de Llobregat, Cataluña, España.

Las tormentas obtienen su energía de la liberación de calor latente que se produce en la condensación del vapor de agua en las parcelas ascendentes de la tormenta. El término anglosajón (Storm) se refiere estrictamente y en el ámbito meteorológico únicamente a tormentas intensas con vientos en superficie de al menos 80 km/h. El término castellano es mucho menos restrictivo. Las tormentas producen nubes de desarrollo vertical -Cumulonimbus - Cumulus- que pueden llegar hasta la tropopausa en torno a 10 km de altura. El ciclo de actividad de una tormenta típica presenta una fase inicial de formación, intermedia de madurez y final de decaimiento que dura en torno a una o dos horas.

Típicamente una célula convectiva de tormenta posee una extensión horizontal de unos 10x10 km. Sin embargo, frecuentemente se producen simultánea o casi simultáneamente varias células convectivas que desencadenan fuertes precipitaciones durante un periodo de tiempo más largo. En ocasiones, cuando las condiciones del viento son adecuadas, una tormenta puede evolucionar hasta el estado de supercélula originando series de corrientes ascendentes y descendentes y abundante precipitación durante varias horas.
Las tormentas pueden contener vórtices de aires, es decir, viento girando en torno a un centro (como los huracanes). Las tormentas que contienen estos vórtices son muy intensas y sólo las producen la trombas y los tornados, además suelen originarse en zonas muy cerradas, donde el viento no tiene suficiente escape.
Una tormenta tropical hace referencia a una tormenta de mayores dimensiones en latitudes subtropicales alternando regiones ascendentes y descendentes y capaz de evolucionar potencialmente hasta el estado de huracán.

INUNDACIONES

Una inundación es la ocupación por parte del agua de zonas que habitualmente están libres de esta, bien por desbordamiento de ríos y ramblas, subida de las mareas por encima del nivel habitual o avalanchas causadas por tsunamis.
Las inundaciones fluviales son procesos naturales que se han producido periódicamente y que han sido la causa de la formación de las llanuras en los valles de los ríos, tierras fértiles donde tradicionalmente se ha desarrollado la agricultura en vegas y riberas.
En las zonas costeras los embates del mar han servido para modelar las costas y crear zonas pantanosas como albuferas y lagunas que tras su ocupación antrópica se han convertido en zonas vulnerables.

Causas principales


La principal causa de las inundaciones fluviales suelen ser las lluvias intensas, que dependiendo de la región se producirán bajo diversos factores meteorológicos.
En el área mediterránea se da el fenómeno de la gota fría que es un embolsamiento de aire a muy baja temperatura en las capas medias y altas de la atmósfera que al chocar con el aire cálido y húmedo que asciende del mar provoca intensas precipitaciones y la posterior inundación.



En Asia oriental la principal causa de las crecidas fluviales son las lluvias torrenciales causadas por el monzón, asociadas muchas veces a tifones. Se dan en verano y afectan a amplias zonas entre las que destaca el golfo de Bengala, zona de mayor precipitación media del globo.
Los huracanes, versión caribeña de los tifones, asolan temporalmente la región del golfo de México causando inundaciones por las olas, de hasta ocho metros, asociadas a los fuertes vientos, y por las lluvias intensas motivadas por la misma baja térmica. También las tormentas tropicales pueden causar lluvias muy fuertes.
Subidas bruscas de temperatura pueden provocar crecidas en los ríos por la rápida fusión de las nieves, esto se da sobre todo en primavera, cuando el deshielo es mayor, o tras fuertes nevadas en cotas inusuales, que tras la ola de frío se funden provocando riadas.
Por último encontramos los maremotos o tsunamis como posible causa de una inundación, ya que el sismo marino provoca una serie de ondas que se traducen en olas gigantes de devastador efecto en las costas afectadas. Estas catástrofes se suelen dar en el área del Pacífico, de mayor actividad sísmica.

Los Aludes

Un alud o avalancha es un deslizamiento de nieve, hielo (compuestos indisociables) y en ocasiones roca, que se desplaza con carácter gravitacional con flujo laminar o turbulento al romperse el equilibrio entre las fuerzas de empuje y de resistencia. La velocidad de desplazamiento suele oscilar entre 50 y 300 km./hora y llegan a producir impactos de hasta 145 ton/m2 (magnitud unas 50 veces superior a la calculada para demoler la estructura de una edificación normal). Pueden producirse por causas internas, cuando es alterado el equilibrio tensional en la masa helada por que las fuerzas motrices o de empuje sobrepasan a las de resistencia, de manera similar a los restantes procesos gravitacionales. También pueden ser consecuencia de causas externas o accidentales, como vibraciones generadas por la caída de rocas, bloques de nieve o hielo, cornisas, seracs o incluso de un árbol, sacudidas por movimientos sísmicos o por efecto de la actividad humana.





Magnitudes

Existen dos tipos de aludes:
Alud superficial, donde sólo se moviliza una parte del manto nival.
Alud de fondo, donde se moviliza de manera súbita y violenta todo el manto nival, erosionando el sustrato de la ladera, transportando y depositando estos materiales en el punto donde el ángulo de la misma con respecto a la horizontal, lo permite.

Equipo para verificar el riesgo de alud.
Para clasificar el riesgo hay una Escala Europea de Peligro de Aludes, usada en casi todo el mundo:
1 Débil
2 Limitado
3 Notable
4 Fuerte
5 Muy fuerte -> Día catástrofe



incendios forestales



El fenómeno de los incendios forestales se ha convertido en uno de los mayores problemas ecológicos que sufren nuestros montes debido a la elevada frecuencia e intensidad que ha adquirido en las últimas décadas.


El fuego es un elemento natural que forma parte de los fenómenos que modelan el paisaje. Especialmente en los ambientes mediterráneos debemos admitir que el fuego es un incómodo compañero de viaje con el que hay que convivir. Precisamente, gran parte de nuestra vegetación está adaptada a la acción del fuego, con estrategias rebrotadoras o de germinación tras el incendio.




Las estadísticas de incendios forestales de 2006 en España han estado claramente condicionadas por la oleada incendiaria que asoló buena parte de la masa forestal gallega durante la primera quincena de agosto. El 4 de agosto se produjeron cientos de incendios en varios puntos de Galicia, muchos de ellos cercanos a poblaciones y vías de comunicación. 37 de estos incendios superaron las 500 hectáreas a lo largo de los días. Según información del jefe del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil), 57 personas fueron detenidas, de las que 15 ingresaron enprisión, tres pasaron a disposición del Tribunal de Menores y otros tresingresaron en un psiquiátrico.El total de superficie forestal pasto de las llamas entre el 1 de enero y el 31 de octubre según el Ministerio de Medio Ambiente ascendió a 143.990 ha en 4.923 incendios (de más de una hectárea). Según diversas estadísticas, durante la primera quincena de agosto, y sólo en Galicia, ardieron más de 75.000 ha en 1.870 incendios; es decir, más de la mitad de las hectáreas quemadas en España en diez meses ardieron en Galicia en quince días. Especialmente aterrador es el dato de pérdida de superficie forestal que, en la provincia de Pontevedra, fue superior al 13%; a este ritmo la superficie forestal pontevedresa desaparecería por completo en tan sólo 7 años y medio.De los 54 grandes incendios forestales (de más de 500 hectáreas) habidosen España, 37 fueron esa quincena en Galicia, que en el periodo 1991-2004 (¡14 años!) sólo había sufrido 39. Los datos para el resto del Estado son realmente buenos. De hecho, según el Ministerio de Medio Ambiente, «los últimos datos confirman la excepcionalidad de lo ocurrido este verano en Galicia: en el resto de España, el número de hectáreas quemadas ha sido el menor desde 1977».Pero, mirados los datos de 2006 en su totalidad, la cifra de 143.990 ha calcinadas, 67.463 de ellas de superficie arbolada, no invita al optimismo ya que es la cuarta más alta del último decenio.2007La climatología, con una primavera lluviosa y un inicio del verano con temperaturas moderadas, ha ayudado a que la temporada de incendios esté siendo hasta la fecha (julio), toquemos madera, excepcionalmente buena si la comparamos con años anteriores, pero recordemos que el año pasado el infierno se desató en tan sólo 15 días. No podemos bajar la guardia. ¿Habremos aprendido alguna lección de lo sucedido el año pasado?Los bosques no sólo son vitales para el mantenimiento de la biodiversidad, sino que sus beneficios para nosotros son incalculables y tienen parte de las soluciones a los grandes problemas a los que nos enfrentamos como especie. Frente al cambio climático, los árboles son fijadores naturales de CO2 (en Brasil, por ejemplo, los incendios forestales son la mayor fuente de emisiones de CO2); frente a la desertificación, la sequía y las inundaciones, nuestros bosques impiden la erosión del suelo y regulan el clima (absorben agua de lluvia y la liberan poco a poco, incrementando la disponibilidad hídrica de los meses secos). Pero es que, además, los bosques, si son gestionados de forma sostenible, ofrecen una fuente constante y renovable de recursos e ingresos. Nos proporcionan muchos servicios esenciales. Son fuente de alimentos, fibra, combustible, medicinas, materiales de construcción, así como de valores culturales y estéticos.